Un fin de semana para dos
En la Ciudad Medieval, dijo que sí.
Iván nos cuenta su fin de semana romántico con su pareja Émilie. Un fin de semana que nunca olvidarán.
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Iván nos cuenta su fin de semana romántico con su pareja Émilie. Un fin de semana que nunca olvidarán.
Mi novia y yo pasamos un fin de semana inolvidable en Carcassonne. Había reservado un gran hotel **** con terraza y vistas a la Cité. Super clase y el personal con la pequeña atención. Lo mejor. En el acto, el camarero nos sugirió que probáramos la blanquette de Limoux (el champán es la bebida favorita de Emilie). No sólo aprendimos que la blanquette se inventó antes que el champán, sino que es realmente deliciosa.
Visita del Castillo Comtal situado en el corazón de la
La visita merece la pena, tanto por la historia del castillo como por las vistas que ofrece de los Pirineos, la Montaña Negra y la ciudad de Carcasona. Después, un romántico paseo en carruaje por las murallas.
Por la noche, cena a la luz de las velas en un restaurante supergastronómico de la Cité. Oh là là, su foie gras y su pechuga de pato con higos, ¡una pasada! Además, la decoración del restaurante era estupenda. A la hora del postre, puse una rodilla en tierra y solemnemente como un caballero (mejor que en las películas), le ofrecí EL anillo preguntándole si quería ser mi esposa. Fingió dudar y mirándome directamente a los ojos, dijo: «Sí caballero, te quiero para toda la vida».
Al salir del restaurante, bailamos cerca de los 2 pozos de la Cité. Dicen que trae buena suerte… así que no lo dudamos 😊😊. Ya era de noche y la iluminación de las calles y las murallas daba una sensación realmente mágica al lugar.
A la mañana siguiente, tras un abundante desayuno servido en la habitación, nos dirigimos al spa para una sesión especial en pareja. Hammam, jacuzzi y masaje a 4 manos. Suavidad, serenidad, plenitud. ¡¡¡Qué felicidad!!! Recomiendo la experiencia y la profesionalidad de las masajistas que nos atendieron. Relajación, relajación y descanso.
Después, un romántico y delicioso almuerzo en el centro de la ciudad:
Había reservado todo y avisado al propietario que fue genial y preparó muchos pequeños detalles para nosotros. A continuación, un suave crucero por las tranquilas aguas del Canal du Midi que serpentea entre los árboles. El guía es muy amable y nos explica el funcionamiento de las esclusas a medida que avanzamos. Un momento mágico que nunca olvidaremos.
Luego, es hora de volver a casa al final de este excepcional fin de semana que quedará grabado para siempre en nuestras mentes. Una cosa es segura: ¡volveremos para nuestro aniversario de boda!